Lorena Heijn-Figueroa llegó desde Perú a los Países Bajos para realizar una maestría en Políticas Públicas para América Latina. Ese periodo se convirtió en el “aguacate de sus ojos”.
Al llegar a un mundo completamente nuevo, Lorena tuvo que arreglárselas sola. Proveniente de una familia trabajadora que esperaba que ella migrara, tuviera éxito y “se quedara allí”, tuvo que aprender a manejar todo: estudiar con beca, compaginar trabajos como mesera y niñera, mientras trazaba un camino profesional con una maestría en humanidades.
Esta experiencia la transformó en lo que ella llama mujer “peruano-holandesa”:
"Una mujer que ve el mundo con ojos aún más curiosos y humildes, y que aprendió a tener el valor de posicionarse y buscar lo que desea, aunque a veces el miedo siga presente."
Graduada cum laude, construyendo una red personal y profesional sólida, y tomando la valiente decisión de regresar a Perú. Aunque muchos veían esto como un paso atrás, Lorena considera estos logros esenciales. Para ella, volver a casa no fue un retroceso; fue el inicio de perseguir un sueño fiel a su propio camino.
Nuevo mundo, nueva Lorena
El tiempo en los Países Bajos también le dio a Lorena una visión profesional y una revelación inspirada en el aguacate.
"Amo los aguacates y pude darme cuenta de cerca cómo las increíbles frutas de América Latina muchas veces son escasas o subvaloradas en Europa."
Esta percepción se convirtió en la semilla de su trabajo: conectar pequeñas y medianas comunidades —nativas, indígenas, rurales— con una nueva economía verde que las respete y pague de manera justa. El objetivo es crear cadenas de suministro donde la riqueza de la Amazonía, los Andes y los recursos latinoamericanos llegue a mercados justos y trazables, asegurando que los productores reciban no solo salarios justos, sino también oportunidades y habilidades para prosperar.
Lorena es licenciada en ciencias humanas, estudió sociología y completó una maestría en Políticas Públicas para América Latina. Hoy se define como gestora social de agronegocios, especialista en comercio justo del campo al mercado.
Pacha Unida & Pacha Unie
Su iniciativa se desarrolla en dos proyectos complementarios: Pacha Unida, en Perú, y Pacha Unie, en los Países Bajos. Ambos nacen de la misma visión: construir puentes justos entre comunidades rurales de América Latina y mercados conscientes en todo el mundo.
Pacha Unida trabaja directamente con pequeños y medianos productores: muchos indígenas y familias rurales. La empresa los ayuda a fortalecer la producción, mejorar la calidad e integrar cadenas de suministro justas y trazables. Funciona como incubadora y gestora social de agronegocios, ofreciendo soporte técnico, planificación de negocios y conexiones de mercado. El objetivo no es solo vender productos, sino garantizar que los productores reciban salarios justos, adquieran nuevas oportunidades y desarrollen habilidades para prosperar.
Pacha Unie, en los Países Bajos, complementa este trabajo desde el lado europeo, conectando compradores internacionales, empresas y consumidores conscientes con la rica biodiversidad de América Latina: aguacates, cacao, café y otros superalimentos. Siempre con transparencia, comercio justo y valorizando las historias detrás de cada producto.
Lorena explica la misión central: la riqueza de América Latina, el conocimiento ancestral, la biodiversidad, la Amazonía y los Andes. Muchas veces esto se explota sin reconocimiento ni retorno justo para quienes la cuidan. Pacha Unida y Pacha Unie buscan revertir esta lógica: unir negocios con impacto social, para que cada mango o aguacate que llega a Europa lleve no solo valor económico, sino dignidad, cultura y sostenibilidad.
Por qué historias como la de Lorena importan
Irónicamente, hay pocos datos sobre el número de jóvenes emprendedores latinoamericanos en Europa. Esto es especialmente cierto para aquellos enfocados en causas ambientales en nuestras comunidades. Todavía cargan los vestigios de la colonización y la urbanización. En algunas regiones persisten conflictos de tierra entre terratenientes y comunidades indígenas, que en ciertos casos pueden volverse violentos.
La cobertura mediática a menudo sigue patrones europeos. En el extranjero, ignora nuestras comunidades latinas. Prioriza a los “salvadores” blancos. Oscila entre reparación histórica y refuerzo de narrativas privilegiadas. En nuestros propios países, omite la presencia y la historia de los pueblos indígenas.
Como resultado, muchos líderes latinos permanecen conocidos solo en círculos restringidos. La historia de Lorena es una de estas joyas ocultas. Ella abre caminos para la comunidad y honra raíces ancestrales e indígenas.
La historia de Lorena en SOMOS
"Formar parte de una comunidad global latina ofrece una red de apoyo, no solo para vivir en el extranjero, sino también para unir, planear y colaborar en proyectos que beneficien a nuestra región, independientemente de dónde estemos. Muchos de nosotros migramos en busca de oportunidades, pero olvidamos que, conectándonos con socios confiables de nuestra propia comunidad, podemos generar impacto sin renunciar a nuestra cultura, nuestra tierra y nuestra gente."
Para Lorena, SOMOS ofrece tanto significado personal como profesional: visibilidad, reconocimiento y conexión con una comunidad que comparte su visión. Profesionalmente, proporciona una plataforma para encontrar socios, ampliar redes y colaborar en la construcción de puentes justos y sostenibles entre América Latina y el mundo.
En SOMOS, ofrecemos espacio para toda la comunidad latina: acogedor, accesible y a un clic de distancia. Con pilares de acogida, información y conexión, tendrás acceso a historias únicas, consejos prácticos, guías completas y especialistas listos para ayudarte a prosperar en el extranjero.
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